
En el siglo XVI fuera declarada Provincia Marítima, debido a la necesidad de su madera para las construcciones navales, que eran transportadas por el Guadalquivir a toda Andalucía, lo que hizo que se produjera una explotación excesiva. En Segura de la Sierra nacieron y vivieron nobles e hidalgos; entre ellos, Jorge Manrique. Reformado recientemente, ofrece al visitante una visita de la historia del castillo y de la Sierra de Segura. La leyenda cuenta que hace mucho tiempo y subiendo por un camino cerca de Segura de la Sierra, habia una cueva, junto a una era que se llamaba “la era de El Coso”. Un día, un hombre iba a comprar al pueblo montado en su mulo y al pasar cerca de la era de El Coso, sintió llorar a un niño muy pequeño. Se bajó del mulo y vio en el huequecito de la cueva a un niño desnudo y llorando y le dio mucha pena. El hombre pensó ¿Que hago yo con esta criatura?. Lo cogió, lo acunó y lo montó delante de él en el mulo. El niño dejó de llorar, pero el buen hombre veía como el niño cada vez iba creciendo y siendo más grande. Entonces pensó en montarlo detrás de él y le dijo: “agárrate a mí”. El hombre estaba muy asustado pues al niño ya le llegaban los pies al suelo y las uñas de sus grandes manos se le iban clavando en el cuerpo. Cuando el hombre llegó a Segura a casa de un familiar, ese niño que había crecido tanto, cayó al suelo y se convirtió en un montón de huesos. Dicen que era el propio diablo que habia subido de los infiernos a probar la generosidad de los humanos. Aquel hombre piadoso, enfermó de miedo y a los tres días, murió.
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